Resumen de signos hasta 1988
Hemos
visto muchos datos que permiten afirmar que la Sábana de Turín ha sido la tela
que envolvió el cuerpo de Cristo al ser sepultado.
La
historia de la Sábana no contradice, muy por el contrario, establece un
itinerario, bien cierto que, con algunos vacíos, llevan a Jerusalén, donde José
de Arimatea envolvió el cuerpo de Jesús precisamente en un sábana.
Con
su primera fotografía en 1898 da comienzo –como dijimos- a la llamada era
científica de la Síndone.
Los
estudios analizados muestran la correspondencia exacta y sin contradicción
entre el relato evangélico de la pasión y muerte de Jesús y la impronta y las
manchas de sangre de la Sábana, que llevaron a los investigadores a la conclusión
de que con altísima probabilidad la Síndone haya envuelto el cuerpo de Cristo
al ser sepultado. Yves Delage fue el primero en afirmarlo, ya hace un siglo, en
forma rotunda.
La
tela en sí misma también, ya que la técnica textil la clasifica como un
tejido árabe-siríaco de principios de la Era Cristiana.
La
imagen de la Síndone resultó ser un negativo fotográfico, lo cual no tuvo
explicación. Más tarde se pudo comprobar que además la imagen tenía ciertas
características que la hacían tridimensional, y que a partir de ella se podía
hacer una imagen en relieve, lo que no se puede hacer con las fotografías y
menos con pinturas. Hubo y hay quienes consideraron que la imagen negativa y
tridimensional era algo milagroso y
como consecuencia dedujeron que solamente el cuerpo de Cristo podía haber
generado esa imagen. Pero los milagros están al margen de la ciencia, y en esta
oportunidad pretendemos atenernos sólo
a la ciencia, siempre a efectos de tratar de establecer la autenticidad de la Sábana
Santa.
Pero
hemos visto los estudios sobre el polen, y esto sí es científico. El doctor
Max Frei, director del Departamento de Criminología de la Policía suiza
manifiesta rotundamente: “Puedo afirmar sin posibilidad alguna de que se me
desmienta, que la Síndone fue expuesta en Palestina hace 2000 años”. Es una
prueba muy importante para certificar su autenticidad.
Las
monedas que aparecen en los ojos del Hombre de la Sábana acuñadas por Poncio
Pilato quien, nos dice el Evangelio ordenó la crucifixión de Jesús que le
reclamaba el Sanedrín, también son una prueba muy importante.
Pero
las muestras de autenticidad que se han evidenciado en forma individual no serían
definitivas para que la ciencia determine que la Síndone es la mortaja de Jesús
de Nazaret. No así si a esas
pruebas se las valora en forma conjunta, en cuyo caso el veredicto podría ser
otro.
Algunos
estudiosos han reducido a números la probabilidad de que la Sábana Santa sea
auténtica, para ello calculan la probabilidad a partir de probabilidades
parciales
Así
por ejemplo el P. Carreño Etxcandía s.d.b. valora:
A
la probabilidad que a un crucificado se lo flagelara, no para obligarlo a
marchar sino en forma sistemática, le asigna 1 probabilidad en 10; o sea que
los más probable sería que de cada diez crucificados solamente uno fuera
azotado previamente y con 120 latigazos en lugar del máximo de 39 que fijaba la
ley.
Probabilidad
que un crucificado haya sido fijado a la cruz con clavos en lugar de cuerdas, 1
cada 5 crucificados.
Probabilidad
de que a un crucificado lo hayan coronado de espinas, 1 cada 1000.
Probabilidad
de que no le quebraran las piernas, 1 en 10.
Probabilidad
de ser herido en el corazón con una lanza, también 1 en 10.
Probabilidad
de que un crucificado no haya sido arrojado a una fosa común sino inhumado en
un tumba digna y envuelto en un lienzo, 1 cada 10.
El
cálculo de probabilidades conjuntas se hace multiplicando cada probabilidad
parcial y hasta ese punto ya resulta:
0,1
x 0,2 x 0,001 x 0,1 x 0,1 x 0,1 = 0,000 000 02, o sea
2 dividido 100 millones. Entonces la
probabilidad de que el hombre de la Sábana no fuera Jesucristo sino otro
crucificado es de 1 contra 50 millones de casos.
Pero
Carreño sigue agregando probabilidades parciales llegando a un número de
probabilidades literalmente astronómico 1 en 5 000 trillones.
Por su parte el profesor de matemáticas Bruno Barberis calculó, con otros considerandos, que las posibilidades de que la Sábana de Turín haya sido la que envolvió el cuerpo de Cristo era de 225.000.000.000 contra 1, o sea, doscientos veinticinco mil millones de que sea la auténtica mortaja de Jesús contra una probabilidad de que el crucificado fuera otro varón.