El Cristo rengo

 

Son muchos los iconos antiguos que muestran a Jesús con la pierna izquierda más corta que la derecha. En algunos casos parecería que el autor quiere disimular algo el defecto físico, así en el icono conocido como  la Virgen de la Dulzura, existente en Moscú, donde el iconógrafo muestra a la Madre como queriendo cubrir con su manto el pie izquierdo del Niño. Y si uno se fija bien en la tan conocida imagen de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, también se nota alguna anomalía en el pie izquierdo del Niño que tiene una sandalia como colgando.

Efectivamente al observar la Santa Síndone, más manifiestamente en la parte dorsal, la pierna izquierda aparece más corta. Esto es lo que observaron los iconógrafos, que con total honestidad intelectual representaron a Jesús tal como lo veían en el Mandylion.

Se llega al extremo que la llamada cruz rusa o de Vladimiro, presenta ese intrigante tercer tramo oblicuo, al que se le ha dado diversas interpretaciones simbólicas, posiblemente antojadizas. Ese tercer tramo sería para el  apoyo de los pies de Cristo crucificado, que lo ponen inclinado hacia la derecha para compensar la diferencia en la longitud de la pierna derecha que en la Síndone aparece más larga.

También el Talmud de Babilonia con sus añadidos del siglo VIII, cuando el impacto de la reaparición del Mandylion en Edessa era mayor, refiriéndose a Jesús, bajo el nombre de Balaám, lo llama “el rengo que tenía treinta y tres años cuando Pinejas Lista, o sea Poncio Pilato, lo mató”. El objetivo es obvio, mostrar que Jesús no puede ser el Cordero de Dios, porque la escritura establecía que el cordero pascual no debía tener defecto alguno.

Muchos iconos bizantinos muestran a Jesús crucificado con el cuerpo describiendo una curva hacia la derecha, que se ha dado en llamar precisamente curva bizantina y cuya única explicación es que pretendían compensar la diferencia del largo de las piernas al tener el apoyo de los pies no inclinado como en la cruz rusa sino horizontal.

Todo lo señalado: la renquera o diferencia en el largo de las piernas, la cruz rusa y la curva bizantina no hacen más que mostrar la identidad de la Sábana Santa con el Mandylion.

La explicación de todo para nosotros es simple porque entendemos lo que es la proyección del cuerpo de Cristo sobre la Sábana. Fue crucificado sin soporte alguno para los pies y con un solo clavo, con la planta del pie derecho apoyado sobre el madero y el pie izquierdo clavado sobre éste, para lo cual la pierna izquierda fue forzada a flexionarse mucho más que la derecha. La rigidez cadavérica sobrevino rápidamente y la pierna izquierda permaneció en la tumba más flexionada que la derecha y es así como se ve en la Sábana de Turín. Los iconógrafos no conocían el concepto de proyección ortogonal, y naturalmente no interpretaban, simplemente veían que la pierna izquierda era más corta.