Datación
con Carbono C14
Pero en 1988, atendiendo a ciertos pedidos se decidió ver si ese cúmulo de probabilidades era corroborado por una datación mediante el método del C14. El análisis fue realizado por tres prestigiosos laboratorios y el resultado publicado fue que la Síndone había sido tejida con lino cortado entre los años 1260-1390, o sea que sería de la Edad Media. En consecuencia no podría ser la sábana sepulcral de Cristo.
La contradicción total de este resultado con todos los otros estudios que aseguran que la Síndone es del siglo I, mereció que muchísimos estudiosos, que publicaron sus conclusiones en libros, estudios, congresos y simposios, hicieran una revisión de todo el proceso de datación con el C14.
Antes de considerar esta posición trataremos de explicar cómo es la datación con el C14 y sus implicancias y limitaciones.
El átomo de carbono, C, junto con el oxígeno y el hidrógeno, es uno de los elementos constituyentes de las moléculas que forman las células de la materia viviente, por eso a la química orgánica se la llama química del carbono. El núcleo del átomo de C contiene 6 protones y 6 neutrones y se lo llama C12. Pero existen otras clases más de C , son isótopos como el C13 y el C14. Isótopo de un átomo es otro átomo que tiene el mismo lugar en la clasificación periódica de los elementos, pero cuyo núcleo difiere sólo en el número de neutrones. El C14 está formado por 8 neutrones en lugar de 6, y tiene la particularidad de que es inestable, por radioactividad se desintegra formando Nitrógeno N14. Esta tramutación es muy lenta. Para que en cualquier sustancia el contenido de C14 se reduzca a la mitad deben pasar aproximadamente entre 5730 a 5760 años. En el dióxido de carbono, CO2, que contiene el aire, hay un 98,89 % de C12, un 1,11% de C 13 y solamente una parte en un billón de C14. Pero esta ínfima parte también es absorbida por las plantas junto con el CO2 de C12 y C13 y permite calcular el tiempo de existencia de cualquier sustancia que haya tenido vida. Un vegetal mientras está vivo mantiene en equilibrio su contenido de C14 proveniente del CO2 de la atmósfera, pero al morir se interrumpe el ingreso de nuevo CO2 y en consecuencia de C14 y se inicia el larguísimo proceso de decaimiento. Midiendo el contenido residual de C14 de cualquier sustancia que haya tenido vida se puede calcular su antigüedad, por ejemplo, la de una tela de lino, que es el caso de la Síndone.
Para más datos el C14 se forma en la alta atmósfera al impactar un rayo cósmico sobre un átomo de nitrógeno, N14. El nuevo átomo de C14 se combina con el oxígeno del aire, formando CO2, que se mezcla en una proporción ínfima, como hemos visto, con el CO2 de la atmósfera constituido casi todo con C12 y algo de C13. Se difunde en toda la capa atmosférica y en algún momento es absorbido por la hoja de un vegetal en el fenómeno de la asimilación o fotosíntesis, y entra así a formar parte del mismo en forma de hidrato de carbono, el constituyente de la materia orgánica.
El método es muy ingenioso, un verdadero alarde de la ciencia y su inventor el doctor Willard Frank Libby se le otorgó por este descubrimiento el premio Nobel de Química de 1969.
La datación radiocarbónica tiene sus limitaciones. Requiere que el contenido de C14 en la atmósfera haya sido siempre constante, pero no habría sido tal porque se han comprobado variaciones en el flujo de rayos cósmicos debido a las explosiones de las supernovas. Además, presupone que la masa de los vapores de la atmósfera haya permanecido invariable y que el magnetismo terrestre también. Es decir, que no garantiza la certeza científica sin el cumplimiento de esas condiciones.
La
seguridad del resultado puede cambiar cuando se considera la muestra en sí
misma, ya que es necesario que la pieza a analizar no haya sufrido ninguna
alteración a través del tiempo por agentes que hayan podido modificar la
cantidad de C14 que contenía. Esto puede haber sido la causa de los
groseros errores de datación que se han dado en muchísimos casos, algunos ya
clásicos.
Por
ejemplo una piel de mamut con una edad verificada de 5 600 años, fue datada con
el C14 en 26 000 años (Radiocarbon,
8, 1966)
Una foca recién muerta acusó con el C14 la edad de 1 300 años (Antartic Journal, 9-10-1971).
Un
molusco todavía vivo resultó con una edad radiocarbónica de 26 000 años (Science,
22, 1984).
Un
mantel de 50 años fue datado por uno de los
mismos laboratorios que analizaron la Síndone de 350 años y un cuerno de los
vikingos como del futuro, del año 2006. (Newsletter,10,
1988).
Hojas
de plátano recién caídas en Roma, 450 años de antigüedad. (profesor Roberto
Gallino).
Rocas
del Terciario y del Precámbrico resultaron siete veces más antiguas que la
Tierra.
El
método de C14 no deja, pese a errores, de ser un extraordinario
instrumento al servicio de la ciencia. Pero sus conclusiones deben usarse con
cuidado. El doctor Michael Winter, especialista en la materia, lo ha sintetizado
en esta frase: “Si una datación con el C14 confirma nuestras teorías
la ponemos bien visible en el texto principal; si las contradice, pero no del
todo, la relegamos a una nota; si las contradice totalmente, la suprimimos
absolutamente”. (Les
nouvelles du Ceshe, 9, 1984).
Esta
afirmación es confirmada en C.R.S Quaterly, 9, 1979, donde el doctor Wood
Morapse escribe: “Cuando las dataciones son discordantes con otros datos,
raramente se publican”.
Esto
evidentemente no pasó con la Síndone, el resultado de la datación dándola
como de la Edad Media recorrió el mundo en forma vertiginosa, montado en una
publicidad increíble. Tanto que según el periódico La Stampa de Turín se dio
este resultado: antes del análisis con el C14 solamente un cinco por
ciento de la gente había oído hablar de la Síndone y después de dicha datación un ochenta por ciento ya sabía
de qué se trataba. Suponemos que hubo de referirse a la gente alfabetizada de
Italia o de Occidente.
Como
se dijo, muchos científicos revisaron a conciencia todo lo estudiado durante
cien años sobre la Sábana y llegaron a la conclusión de que las muchas
pruebas de autenticidad mantenían su valor, y que algo había andado mal con el
estudio del C14. Y varios congresos y simposios científicos, como
veremos, confirmaron que la Sábana pertenecía al siglo I y era la auténtica
mortaja de Cristo.
El
mismo director del British Museum doctor Tite, coordinador de los estudios del C14
firmó una nota dirigida al doctor Gonella, consultor científico del Arzobispo
de Turín, el custodio de la Sábana Santa, en la que reconocía que nunca dijo
que la Sábana fuera un fraude.
Sería
el momento de dejar constancia de que el propio creador del método de datación
con el C14, el doctor Libby, fue consultado en su momento sobre la
posibilidad de medir la antigüedad de la Sábana de Turín, y respondió
desaconsejando su aplicación porque la pieza probablemente tuviera muy alterado
su contenido del radioisótopo en razón del manipuleo a que había sido
sometida.
Concretamente
¿cuál o cuáles serían las razones por las que el resultado de la datación
con el C14 sería erróneo?
Primero, es fundamental que la muestra analizada sea representativa del objeto que se estudia, pero en el caso de la Síndone han surgido serias dudas. Las muestras entregadas a los laboratorios eran más pequeñas que un sello postal y su peso medio de 42 miligramos por cm2, mientras que el peso medio de la Síndone es de 25 mg por cm2. La explicación de esta anormalidad podría ser que la muestra se cortó precisamente de un lugar donde siempre se tomó la Sábana para desplegarla y mostrarla, incluso donde se colocaba una barra para sostenerla. Esa parte con 2000 años de tanto manipuleo tiene que haberse deteriorado y seguramente restaurada. Los remiendos hechos, del tipo no visible, han ido agregando hilos de lino mucho más modernos y naturalmente el análisis da un promedio de la edad de los hilos originales y los añadidos, desvirtuando el resultado. Ya en 1976, mucho antes de la toma de las muestras, Riccardo Gerbasi había publicado un estudio minucioso sobre las restauraciones conocidas, practicadas porque la tela se había ido deshaciendo en algunas partes por tanto manipuleo.
Tampoco
quedó claro la forma en que se envasaron las muestras. Para hacer más segura
la datación, se usó el sistema llamado a doble ciego, analizando simultáneamente
otras dos muestras, una de una momia de Tebas de edad entre los siglos I aC y I
dC y la otra de Namibia de entre los siglos XI-XII dC. El corte de las muestras
se hizo en una ceremonia de cinco horas de duración, grabada en vídeo, pero el
acto de colocar las muestras en sus envases se hizo sin grabación y en una sala
aparte, solamente con la presencia del Arzobispo de Turín, el doctor Tite y un
intérprete. Pero lo realmente grave es que no se certificó que las otras dos
muestras fueran realmente de los siglos I y XI-XII, es decir que a su vez fueran
auténticas, porque en un análisis múltiple todas las muestras deben ser
certificadas, no solamente la principal que es el motivo del análisis.
Mencionaremos que en la ceremonia del envasado, a último momento apareció una
cuarta muestra no prevista en el protocolo, y que aunque se envasó en un sobre
aparte dio lugar a sospechas. Sospechas que
no tendrían mayor fundamento, pero que trajeron más confusión, de forma que
los medios en su momento hablaron de lo improcedente de la cuarta muestra, pero
no mencionaron que las muestras segunda y tercera no tenían certificación
alguna.
La
omisión de la referida certificación y el corte de la filmación del acto del
envasado de las muestras podrían haber permitido una confusión de las mismas,
algo inadmisible en un análisis serio, porque podrían haber cambiado los
resultados atribuidos a cada muestra.
Todo
esto hizo que la datación hecha con el método de C14 para muchos
perdiera credibilidad y la hayan calificado nula, de nulidad absoluta.
Variación
del contenido de C14 por el Incendio de Chambery
Algunos
científicos observaron que aunque las muestras tomadas para hacer la
radiodatación de la Síndone fuesen correctas, algunas alteraciones sufridas
por la tela en su larga historia podrían haber hecho variar su contenido de C14
y en consecuencia la datación podría ser errónea.
Por
ejemplo, se dijo que el incendio de la Sábana de 1532 en Chambery, al estar
encerrada en una caja de madera revestida de plata por fuera y seda por dentro,
podría haber modificado la proporción de C14. Efectivamente, la
temperatura llegó a un punto tal que fundió la soldadura de plata, y algunas
gotas del metal derretido cayeron sobre la tela plegada, atravesándola y
produciendo las quemaduras que hasta mediados de 2002 estuvieron tapadas por la característica doble línea de parches. Para
una mejor conservación de la Sábana y la posibilidad de observarla en su forma
más original posible, se dispuso quitarle los treinta parches y la tela soporte
que le cosieron las Hermanas Clarisas, para restaurarla luego de incendio del
1532. Asimismo se la guarda ahora no arrollada sino extendida totalmente dentro
de una caja de cristal blindado, con una atmósfera de gas inerte con
temperatura y humedad controladas
En
el incendio de 1532 el humo producto de la combustión de la madera y seda, con
el escaso oxígeno contenido en la caja, mezclado después con vapor del
agua que se usó para apagar el incendio y cuya aureola todavía hoy se
puede observar, incorporaron seguramente nuevo C14 a la Sábana, ya
que la madera y la seda eran de no más de 100 años de antigüedad, falseando
así su datación.
Esto, que era una teoría sin ninguna comprobación cuantificada de laboratorio, fue estudiado primeramente en Rusia. El director del Sedov Biopolymer Laboratory de Moscú, Dimitri Kuznetsov, bioquímico ganador del Premio Lenín, siguiendo otros recorridos de investigaciones, venía estudiando causas que pudieran falsear la datación de hallazgos arqueológicos conservados en condiciones particulares. Entre otros casos había comprobado con sorpresa que los lienzos que envolvían una momia del museo de Manchester mostraban una edad radiocarbónica aproximadamente mil años menor que la propia momia. Siendo totalmente improbable que a una momia antigua de mil años, se le hubiera cambiado su envoltura hace un milenio, no quedaba otra explicación que la datación con C14 había fracasado una vez más.
A
comienzos de la década pasada Kuznetsov quien no conocía nada de la Sábana,
recibió una propuesta, no sabemos de quién, de investigar si el incendio de
1532 podría haber alterado la edad radiocarbónica de la Sábana de Turín. El
experimento se llamó Fire Simulating Model, y lo llevó a cabo con los doctores
Andrei Ivanov y Pavel Veletky, con el soporte técnico del coronel Nicolay
Sahzin, del Departamento de Defensa Térmica de la Academia Militar de Moscú.
Se reprodujeron lo mejor posible las condiciones técnicas del incendio de 1532,
sobre la muestra de una mortaja de una sepultura de Israel. Esta muestra fue
previamente datada entre siglo I aC y siglo I dC, por el laboratorio AMS de
Tucson, el mismo que había establecido la edad de
la Síndone. Se incubó la muestra en una atmósfera de gases
recalentados con partículas de plata, madera, seda y vapor de agua. El baño térmico
de gas y vapores, similar al que había sufrido la Síndone en 1532, produjo la
incorporación de nuevos átomos de C14 a la celulosa de la tela,
produciendo su rejuvenecimiento radicarbónico. Al datarse nuevamente la tela
resultó mil años más joven.
El
experimento fue realizado varias veces con resultados muy similares, entre otros
en Colorado, Estados Unidos, por el profesor de física doctor John P. Jackson.
Lo que vino a confirmar lo
imprudente de la datación realizada sobre la Sábana de Turín y quizá lo
interesado de la propaganda hecha en torno a esa datación.
Kuznetsov
y los demás no se preocuparon por las implicancias filosóficas de sus
experimentos, simplemente con sus dictámenes mostraron que la radiodatación de
la Síndone como de 1260-1390 estaba equivocada.
Capa
bioplástica formada sobre los hilos de la Síndone
Una
muy fuerte objeción al resultado de la radiodatación fue formulada por el
doctor Leoncio Garza Valdez, de la Universidad de Texas. Este investigador
descubrió en lienzos antiguos y no bien conservados una capa bioplástica que
envuelve a las fibras y que es formada por la acción simultánea de hongos y
bacterias. Naturalmente, por tratarse de sustancias vivientes contienen C14
en proporción original y su presencia aumenta el contenido unitario de C14
de la fibra. Esta capa bioplástica no es removida al hacerse la limpieza
convencional de las muestras a analizar, que se practica mediante solventes, ácidos,
álcalis y untrasonido. Garza Valdez asistido por el doctor Stephen Mittingly,
también microbiólogo de la Universidad de San Antonio Texas y en coordinación
con el doctor Thomas Lloyd de la Universidad de Queesland, Australia, estudiaron
la muestra No. 1170 del Manchester Museum, que se haría famosa. Se trataba de
la momia de un ave ibis, que entre el colágeno de los huesos y la envoltura de
tela presentaron una diferencia de centenares de años. Los huesos no habían
sufrido alteración mientras que el envoltorio estaba contaminado con esa capa
de barniz bioplástico formado por hongos y microbios. Garza desarrolló una
nueva ciencia, la arqueomicrobiología, y también un proceso en base a enzimas
para quitar la contaminación bioplástica de las fibras.
En
1993, Garza analizó unas fibras de la Sábana de Turín, cortadas de la misma
zona que la muestra para el análisis del C14, y comprobó esta
importante contaminación. Al estar recubiertas por esa película bioplástica
los resultados de la datación quedaron alterados en más de 1000 años.
El
mismo doctor Harry Gove, miembro del grupo que desarrolló el espectrómetro
acelerador de masas (AMS) con que se dató la Síndone. reconoció la validez de
la investigación de Garza Valdez, con estas palabras: ”Un cambio de más de
1000 años es un gran cambio, pero no está fuera de la cuestión y el tema
necesita solución”.
No
opinó así el custodio de la Sábana, Cardenal Saldarini, quien desautorizó no
el método sino la legitimidad de la muestra, que no había sido proporcionada
oficialmente por él. La muestra estudiada correspondía a las cortadas para el
estudio textil de 1973, que habían sido guardadas por el doctor . Riggi.