Numismática

 

En 1976 un grupo de científicos de los Estados Unidos, muchos de ellos miembros de la NASA, formaron un equipo con el objeto de estudiar la Sábana Santa que se llamó STURP, iniciales en inglés de Proyecto de Investigación de la Sábana de Turín. Entre otras investigaciones, cuatro de sus miembros: Jackson, Jumper, Mottern y Stevenson descubrieron configuraciones similares a botones sobre los ojos del Hombre de la Sábana. Parecían objetos posados sobre los párpados y sugirieron que podrían ser monedas. Se llevaron a cabo importantes y complejos estudios basados en la fotografía y la computación, debiendo mencionarse a su principal impulsor, el estadounidense P. Francis Filas s.j. Se pudo determinar que los discos de 15 mm de diámetro, tendrían 1 mm de espesor y un peso de 1,5 gramos y podrían corresponder a monedas de bronce de baja denominación. En aquella ubicada sobre el ojo derecho se pudo leer las letras romanas UCAI en torno a un bastón ritual del tipo usado por los augures paganos, llamado lituus. A esto siguió una investigación numismática que condujo a  una pequeña moneda de bronce llamada leptón, acuñada por Poncio Pilato, procurador romano de Judea durante los años 26 a 36 d.C., en cuyo anverso se lee Tiberiou Kaicaroc, o sea Tiberio César. Surgió entonces una dificultad: kaicaroc o sea cesar, se escribe con k y no con c como se leería en la moneda de la Sábana. Resultaba poco probable un error ortográfico en una moneda, para verificar esa posibilidad se realizó una búsqueda en las colecciones numismáticas de todo el mundo y se encontró un ejemplar de leptón con ese error. La búsqueda prosiguió y más adelante se encontraron otros dos leptones con el mismo error de ortografía, probablemente todos fundidos en el mismo cuño.

En los catálogos numismáticos y en la moneda encontrada se observa que en el reverso, que naturalmente en la Sábana está oculto, consta el año de acuñación con las letras L I S que significa Año Decimosexto, del imperio de Tiberio, que traducido a nuestro calendario es 29/30 d.C.

A la moneda del ojo izquierdo se la ve algo desplazada hacia el arco superciliar. Y a diferencia de la del ojo derecho, presenta el anverso hacia arriba. La fotografía y su elaboración tridimensional muestran una copa ritual llamada simpolum, usada para derramar vino sobre el altar de sacrificios, otro símbolo pagano. Era asimismo acuñada por Poncio Pilato, y está circundada por la inscripción Tiberiou Kaicaroc y las letras L I S, que según vimos significaban año décimo sexto de Tiberio, o sea 29/30 d.C. En la elaboración por computadora efectuada en la Universidad de Turín por el Profesor Ballossino, se puede ver bien el principio y el final de la inscripción TIB... L I S. Estas monedas se pueden observar en los catálogos numismáticos de Medden (1864-1981) y el de F. De Saulcy (1874).

Algunos estudiosos del tema señalan que resulta evidente que Poncio Pilato quería con las imágenes de estas monedas ofender y humillar a los judíos y su religión, al hacerlos tocar imágenes de objetos rituales romanos que les repugnaban, el bastón de los adivinos y la copa ritual.

No se sabe con certeza el objeto de poner monedas en los ojos de los cadáveres. Algunos mencionan que se las usaba y aún se usan para cerrar sus ojos, pero no está bien probado su empleo entre los judíos del tiempo de Cristo.

Por otra parte resulta extraño que José de Arimatea y Nicodemo, discípulos de un Maestro observante,  hayan puesto sobre su cabeza símbolos paganos, pese a que la ortodoxia judía no ponía tanto inconveniente con las monedas paganas; así se sabe que algunas ofrendas al Templo eran hechas con siclos de Tiro, que tenían la efigie del dios Melquart, monedas que naturalmente después serían objeto de cambio.

Pero es interesante advertir que la imagen de las dos monedas resaltan con claridad extrema que la disposición del eje del círculo es exactamente vertical, implicando la intención de quien las puso de hacer con ello un símbolo. La presencia de las monedas podría hacer pensar que la vigilancia encomendada a la tropa romana para la crucifixión y sepultura de Jesús, habría llegado también a las operaciones funerarias hechas por José de Arimatea y Nicodemo.

Esta certificación de la sepultura de un crucificado tan polémico se vería ampliada, según algunos estudios, por ciertas inscripciones que han aparecido en la Síndone al ser fotografiada con iluminación especial. Se trata de letras latinas, griegas y hebreas muy difusas, pero que permitirían visualizar palabras como a muerte y Nazareno entre otras. Y como aparecen al revés se piensa que habrían sido escritas en el exterior de la Sábana luego de amortajado el Cuerpo, posiblemente por la autoridad romana a pedido del Sanedrín. Los estudios no son concluyentes razón por la que se siguen profundizando.

Pero volviendo a las monedas en los ojos es evidente que ningún falsario medieval podría conocer esos leptones, identificados solamente en estudios numismáticos, nadie podría conseguirlos y utilizarlos en Europa en la Edad Media.

La imagen de esas monedas de tan baja denominación en los ojos del Hombre de la Sábana fijarían lugar y fecha ciertos a la Santa Síndone: Jerusalén y siglo primero.