Nació en Camigliano, cerca de Lucca (Italia) el 12 de marzo de 1878, cuarta hija entre ocho hermanos que Dios concedió a los esposos Enrique Galgani y Aurelia Landi.

     Poco tiempo después de su nacimiento la familia se trasladó a Lucca, pues Enrique Galgani, quien era farmacéutico decidió continuar allí su profesión para asegurar una mejor educación a sus hijos, -por esto los farmacéuticos tienen como patrona a Santa Gema-.

      Doña Aurelia, modelo de madre cristiana, falleció cuando Gema tenía 7 años, víctima de una tuberculosis pulmonar. Sabiendo que pronto la llevaría consigo, pidió que administraran a Gema el sacramento de la Confirmación.

Ese día durante la Santa Misa, Gema sintió una Voz interior que le decía:

-   ¿Quieres darme a tu mamá?

-    Sí -contestó Gema- pero llévame a mí con ella.

-    No -respondió la Voz-dame a tu mamá y tú te quedas por ahora con tu papá.

      Gema aceptó el sacrificio pero volvió a su casa transida de dolor y se le hacia imposible apartarse del lecho

     Por temor al contagio, su padre la llevó a casa de unos tíos.  Cuando le comunicaron el fallecimiento de la mamá, Gema fue a postrarse ante la imagen de la Santísima Virgen y se confió a su protección diciendo:

 María, ya no tengo madre en la tierra, sé tú mi Madre desde el cielo y María aceptó complacida este acto de abandono de su hijita, y esto lo podremos comprobar a lo largo de toda su breve vida.

Don Enrique al quedar viudo, llamó a su lado a dos de sus hermanas, quienes se ocuparon de los niños.

Por entonces Gema comenzó a concurrir al Colegio Santa Zita, destacándose por su obediencia, piedad y dedicación al estudio, por lo cual los estudiantes la invocan ahora, sobre todo en tiempo de exámenes.  Su mayor gozo era asistir a las clases de religión y pronto sus maestras comenzaron a explicarle la vida de Jesús. Gema se conmovía muchísimo al escuchar el relato de la Pasión del Señor y su amor a Jesús Crucificado crecía tanto que llegaba a provocarle alta fiebre.

A los nueve años, a fuerza de ruegos y lágrimas consiguió que le permitieran hacer la Primera Comunión, la costumbre de entonces era que los niños recibieran la Eucaristía recién a los 10 o 12 años.  

Tenía Gema cerca de 16 cuando contrajo una grave enfermedad que la obligó a dejar el colegio.

En 1897, a los 19 años, perdió también a su papá, por enfermedad, apoderándose los acreedores de la farmacia y de cuanto pudieron en el hogar de los Galgani, llegando su crueldad hasta de sacarle a Gema las pocas monedas que llevaba en los bolsillos del delantal. –Muerto papá, nos encontramos sin nada, careciendo absolutamente de medios de vida, cuenta Gema en su autobiografía.

Poco tiempo después, Gema enfermó nuevamente y de tal gravedad que, como dice ella misma “esperaba de un momento a otro volar a Jesús”. Pero Jesús no pensaba los mismo, y la curó milagrosamente el 2 de marzo de 1899.

 Hacía ya tiempo que Jesús se le manifestaba  a Gema: locuciones, visiones celestiales, éxtasis, en ella crecía el deseo de asimilarse al Redentor con el amor a su Pasión y ardientemente quería participar de sus sufrimientos para salvar a muchos pecadores.

El 8 de junio de ese mismo año, Jesús le concedió el extraordinario favor de imprimir sus Llagas en las manos, pies y costado.  Gema quedó así, convertida en viva imagen de Jesús Crucificado.  

Todas las semanas desde el jueves a la noche hasta después de las tres de la tarde del viernes, desaparecían las misteriosas llagas.  Después de dos o tres días ya no le quedaban rastros de haberlas tenido.  Gema también experimentó los dolores de la Coronación de espinas y de la Flagelación, de todas sus heridas manaba sangre como ocurrió con el Redentor.

Gema hacía todo lo posible para ocultar estos favores de Jesús, pero no se pudo librar de las burlas y sospechas de sus familiares, hasta que en 1900 la familia Giannini la tomó por hija adoptiva, dándole en su hogar un seguro refugio donde con toda paz pudo vivir su vida de alta mística.

Allí conoció al padre Germán, Pasionista, quien la dirigió hasta su muerte y escribió su primera biografía.

Cuando Gema entraba en éxtasis, sin que ella se diera cuenta, una de las hijas mayores de los Giannini,  Eufemia, tomaba en taquigrafía todas sus conversaciones con Jesús y la Santísima Virgen. Así se pudo reunir un material sumamente valioso que luego con su autobiografía- escrita por mandato del padre Germán- y sus cartas se utilizaron en su Causa de Canonización.

Gema quiso entrar en el Monasterio Pasionista de Tarquina, pero fue rechazada, alegando en su contra la enfermedad pulmonar de su madre y sus cosas extraordinarias. Jesús se encargó de preparar los ánimos a fin de fundar un Monasterios Pasionista en Lucca, pero no pudo ver realizado su anhelo de ser monja Pasionista, pues tres años después, en la tarde del Sábado Santo, el 11 de abril de 1903, a los 25 años volaba al cielo.

Después de su muerte  se fundó el Monasterio que tanto había deseado.

El 2 de marzo de 1940 fue solemnemente canonizada por el Sumo Pontífice Pío XII. Su fiesta se celebra el 16 de mayo.

Sus restos descansan en el Monasterio Santuario de Lucca, que lleva su nombre y allí acuden en peregrinación fieles de todo el mundo, a solicitar y agradecer su intercesión ante el Señor.

En muchos países hay actualmente Monasterios, Parroquias y Capillas dedicados a Santa Gema.

También en nuestra Patria tiene casa Santa Gema: es el Monasterio Pasionista de vida contemplativa, cito en la localidad de Merlo, Diócesis de Merlo-Moreno, que continúa su misión de mantener viva en los corazones la memoria de la Pasión del Señor, el amor a Jesús Sacramentado y el espíritu de reparación por los pecados del mundo.

Santa Gema lleva muy alto el “signo” de Cristo Crucificado y muestra a la juventud:

- El Valor de la pureza, en un mundo que busca satisfacer sus sentido y pasiones.

- El valor de la obediencia, en un mundo rebelde, en actitud de continua agresión.

- El valor de la pobreza, en un mundo pronto al derroche egoísta.

- La grandeza del amor de Dios, en un mundo helado por la indiferencia y secularismo.

En América Latina, está muy difundida la devoción a Santa Gema, porque ella, tan amante de Jesús Crucificado y de la Virgen Dolorosa, penetró fácilmente en los corazones doloridos y resignados, sobre todo de los más pobres, quienes les piden ayuda en las grandes como en las pequeñas dificultades de la vida, seguro de que serán escuchados.  Son innumerables las gracias alcanzadas por su intersección.  

ORACION

PARA ALCANZAR  GRACIAS

Compuesta por Santa Gemma Galgani

 

Aquí me tenéis postrada a vuestros pies santísimos, mi querido Jesús, para manifestaros en cada instante mi reconocimiento y gratitud por tantos y tan continuos favores como me habéis otorgado y qu todavía queréis concederme. Cuántas veces os he invocado, ¡ oh,  Jesús !,  me habéis dejado siempre satisfecha; he recurrido a menudo a Vos, y siempre me habéis consolado.

¿Cómo podré expresaros mis sentimientos, amado Jesús? Os doy gracias..., pero otra gracia quiero de Vos.

 ¡Oh  Dios mio!, si es de vuestro agrado...(aquí se manifiesta la gracia que se desea conseguir). Si no fuérais todopoderoso, no os haría esta súplica. ¡Oh Jesús ! tened piedad de mí. Hágase en todo vuestra santísima voluntad.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria